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El café en medio de una pandemia...



La Federación Nacional de Cafeteros y las familias que dependen del sector toman las medidas sanitarias necesarias reducir el impacto de la pandemia y a la vez contrarrestar la crisis económica.


Son 540.000 las familias caficultoras que, por la emergencia por el covid-19, vienen pasando grandes apuros económicos.


Si bien hasta mitad de 2019 los precios internacionales del grano lograron elevar la moral del gremio, por la depreciación del peso frente al dólar,la situación cambió a fines del mismo año, cuando el precio internacional tocó piso, hasta llegar a menos de un dólar la libra.


Este año se recuperó y se negocia a 1,07 dólares, en promedio, a lo cual se suma que, en el caso del café colombiano, hay una prima de 50 centavos adicionales por la calidad.


Hoy por hoy, los sucesivos alargues del confinamiento por la pandemia plantean un panorama crítico, pues se teme que podría darse le situación de no encontrarse mano de obra suficiente, eslabón clave de la cadena productiva, para recoger el grano y distribuirlo.


“Qué nos ganamos con que esté a buen precio el café si no se está pudiendo coger con los pocos recolectores que hay”, dice Gustavo Echeverry, un productor de Risaralda.


Dos meses después del inicio de la cuarentena nacional, decretada por el presidente Iván Duque, tuvieron que aplicar los protocolos de bioseguridad para poder volver a las cosechas. La poca mano de obra es costosa y cuando los granos no son recogidos caen al suelo y atraen la broca, la peor plaga que ataca el café.


Adicionalmente, con el covid_19, el consumo ha caído por el cierre de cafeterías, restaurantes y oficinas a causa de la pandemia.


Las medidas de seguridad

En esta época se recoge una cosecha pequeña, “la traviesa”, pero faltan 2 semanas, y si el aislamiento se prolonga, las grandes recolectas de octubre y diciembre representarían pérdidas peores. Por esto las fincas están dejando el confinamiento, para hacer frente a la crisis económica, y han resuelto aplicar las medidas sanitarias para activar sus operaciones. La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) estableció el uso de mascarillas, lavado de manos, desinfección de botas y distanciamiento en los cultivos, condiciones que no son sencillas para los trabajadores, especialmente en zonas de altas temperaturas. “Uno tiene que estar a todo momento recordándoles”, dice Esteban Cerón, administrador de la finca La Morelia. En momentos en que el país pasa de los 19.000 contagios, es todo un desafío. Colombia es el tercer productor mundial de café, después de Brasil y Vietnam. El grano es una de nuestras marcas más visibles en el mundo, pero es evidente que los cafeteros ya comenzaron a hacer lo que se necesita para que el país no sea inferior a esta difícil tarea.


 

AFP


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