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Preparar un buen café: los errores que más solemos cometer...

Benjamin Franklin lo consideraba uno de los lujos más valiosos de la mesa porque aporta “alegría sin intoxicación” y el legendario Sherlock Holmes opinaba que no hay nada como ese negro brebaje para estimular las células del cerebro. Han sido y son muchos los fans de una bebida tan cotidiana y arraigada.

Pero, ¿sabemos hacer un buen café en casa? ¿Somos conscientes que a veces nos sale más amargo de lo que debería? ¿Elegimos la cafetera correcta? ¿Escogemos bien el lugar dónde guardarlo?, les compartiremos los errores más frecuentes que cometemos cuando nos preparamos una humeante taza de café y el resultado no es perfecto.


1. Materia prima: conseguir un buen café, es esencial...

Para conseguir preparar un buen café es esencial una buena materia prima. Se recomienda comprarlo en sitios especializados que conozcan el origen del café que venden y sus calidades, que conozcan del tueste que posee y su molienda, en resumidas cuentas, te aconsejarán…


2. No comprarlo recién tostado...

El café se ha de comprar recién tostado para conservar su frescura. “En las tiendas especializadas el café se tuesta con máquinas pequeñas, con más cuidado que en la gran industria masiva, y así se conservan mejor sus propiedades y se reduce el gusto amargo del café comercial al que, por cierto, ya estamos muy acostumbrados”.


3. Molerlo mal y no hacerlo al momento...

Igual de importante que comprar un café recién tostado es que te lo muelan al momento para evitar su oxidación al estar expuesto al oxigeno por mucho tiempo, también hemos de tener en cuenta que cada cafetera necesita un punto de molido. Las de filtro tradicionales requieren un grano más grueso que las cafeteras italianas: “La primera sería equivalente en grosor a la sal gorda y la segunda a la pimienta molida”.


4. No escoger bien el tipo de cafetera...

Si eres cafetero, has de tener claro cuál es tu cafetera. “Si te gusta el café espresso fuerte y corto para hacer capuchinos no te compres una de filtro, y si te gusta el café largo y suave, con matices, no optes por una espresso”. Si hablamos de concentración e intensidad del café, la espresso es la primera de la lista porque ofrece café con mucho cuerpo y densidad. Le sigue la cafetera moka italiana o de fogón; después la de filtro y finalmente, la de prensa francesa o de émbolo, que funciona por inmersión y nos da un café muy suave.



5. Cerrar la tapa de la cafetera, usar agua fría y otros detalles importantes...

Si nuestra elección es la popular cafetera moka italiana, también conocida como clásica o de fogón, hacer un café nos resultará fácil, pero atención, porque seguro que cometemos algún error por desconocimiento. Para empezar, hay que llenarla de agua sólo hasta el tornillo y el café únicamente nivelarlo moviendo la cafetera, saldrá mucho mejor si colocas en la cafetera agua caliente ya que el café tardará menos en hacerse y se quemará menos, el fuego debe ser más bajo que alto, es preferible que haya un difusor de calor para evitar que la llama toque la cafetera y no debemos olvidar dejar la tapa abierta para que el café respire y veamos cuando empieza a borbotear para cortar la cocción.

En las cafeteras de filtro, se recomienda usar 30 gramos de café por cada medio litro de agua. Y si tienes una espresso “el punto ideal lo conseguirás si rellenas una taza con 30 ml de café en una ventana de tiempo de 20-25 segundos”.


6. No cuidar la cafetera...

Como todo en la vida, una cafetera requiere de cuidados básicos. Si tenemos una italiana “hay que controlar que la goma que sella la rosca se conserve blanca que no se nos haya quemado y se haya vuelto gris”.

Se aconseja lavarla con agua y “sin utilizar jabón” para que no se filtre en el aluminio. En el caso de la cafetera de filtro o goteo, se aconseja pasar agua caliente en los filtros antes de colocarlos para asegurarse de que estén bien limpios “porque algunos se blanquean con una solución que lleva cloro”.


7. Guardar el café en un mal lugar...

Debemos mantenerlos en un lugar fresco, seco y opaco. Solo se puede guardar en la nevera si se evita que esté en contacto con el aire y la humedad, o sea, dentro de un recipiente aislado y bien sellado.

El café es un alimento higroscópico (absorbe y pierde humedad) que conviene apartar de otros alimentos frescos porque tiene mucha facilidad para absorber los olores.


8. Recalentar el café...

El café se ha de consumir de manera inmediata para disfrutar de todos los matices de su sabor. “Hacer una cafetera para todo el día e ir recalentando a medida que te lo tomas es equivalente a tostar pan por la mañana y volver a tostar la misma rebanada a media tarde”.

Guardar el café lo oxida y recalentarlo lo enrancia, pero si no tienes más remedio que hacerlo, “por lo menos guárdalo dentro de un termo para que conserve el calor original”.

Espero que con estos pequeños tips puedas empezar a mejorar tus preparaciones en casa y puedas disfrutar de todo su aroma y sabor.


Disfruta Café

Material de apoyo tomado de La Vanguardia.

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